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¡Su cesta está vacía!
La llegada del otoño viene acompañada del frío y bajas temperaturas. Este descenso, a menudo, se produce de manera brusca y sorprende a nuestro cuerpo con el sistema inmunológico desprevenido. Si se produce este hecho, puede ocasionarnos algún tipo de afectación en nuestra salud en forma de resfriados, catarros, gripes, etc.
Es importante tener nuestras defensas fuertes ya que, más allá de los virus y bacterias habituales que aparecen durante la época de más frío, también nos protegen de otras enfermedades más graves, como el cáncer.
El sistema inmunológico es la defensa natural que tiene nuestro cuerpo para combatir los virus y bacterias que intentan penetrar en nuestro organismo. Haciendo un paralelismo cinematográfico, es como si una invasión de agentes externos, llamados antígenos, intentan entrar en la nave nodriza y los guardianes protectores que disponemos en nuestro cuerpo contraatacan, provocando una batalla para eliminar los invasores.
Ahora bien, si estos guardianes protectores están en “baja forma”, los antígenos ganaran la partida y pueden producir todo tipo de infecciones, tanto víricas como bacterianas.
Así pues, las personas que gozan de buena salud, su sistema inmunológico está más bien preparado y puede hacer frente a estos patógenos externos. Además, cabe recordar que el sistema inmunológico tiene la capacidad de memorizar, esto significa que, aunque el sistema defensivo es innato de nuestro organismo, va adquiriendo fortaleza con el tiempo. Por ejemplo, cuando se ha contraído una enfermedad vírica con alguna cepa de virus, nos volvemos inmunes a ese microorganismo.
Los expertos recuerdan que no existe un medicamento o remedio que aumente las defensas, pero si que hay formas de fortalecerlas y que, virus y bacterias, tengan más dificultad para penetrar en nuestro organismo.
Hay dos consejos básicos que debemos seguir para fortalecer nuestro sistema inmunológico:
A nivel alimenticio, debemos mantener una dieta equilibrada y rica en cuanto a aporte de sustancias esenciales. Las personas con una mala nutrición tienden a contraer más infecciones, ya que el sistema digestivo es clave para un correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
Para mantener las defensas de nuestro cuerpo en buen estado, es imprescindible el aporte de ciertos elementos a nuestro organismo como el Zinc, Selenio, Hierro, Cobre, ácido fólico, Vitaminas A, B6, C y E. En caso de deficiencia de estos, existen suplementos alimenticios multivitamínicos para evitar su carencia.
Debemos tener en cuenta:
Es cierto que una vida saludable se basa en una buena alimentación y la práctica de ejercicio moderado para mantener nuestro cuerpo activo y sano. Pero debemos destacar otros aspectos que también influyen en el comportamiento del sistema inmunitario.
Aunque pueda sorprender, aspectos como la felicidad y el descanso, afectan la forma en que actúan nuestras defensas cuando deben protegernos frente a los ataques de virus y bacterias.
La serotonina, también conocida como la hormona de la felicidad, es un neurotransmisor que se ve afectada cuando hay menos luz solar, y está directamente relacionada con los cambios del estado de ánimo y el estrés, lo que perjudica al descanso y provoca una sensación de agotamiento.
Para que esta hormona funcione correctamente, tenemos diversos alimentos que son fuentes naturales de serotonina:
Si crees que no puedes llegar a satisfacer estas necesidades, puedes encontrar una ayuda en un suplemento natural rico en melatonina y magnesio. Unos elementos con efecto calmante que te ayudarán a completar el ciclo de sueño. Sin duda, una manera de recargar pilas y hacer frente a la época más fría del año.